El Museo de la Naturaleza y el Hombre acoge, dentro del Festival Cultural Musagadir, la exposición temporal “Enclave macaronésico en África: de Tamri a Sidi Ifni”. En el SW de Marruecos, concretamente en la zona de transición entre la región mediterránea y la región sahariana, las condiciones climatológicas son muy particulares y favorecen el desarrollo de una serie de plantas cuyos parientes más cercanos se encuentran actualmente en las Islas Canarias. Esta zona de transición, conocida como “enclave macaronésico continental”, es un reducto único y de enorme interés por albergar una flora ancestral de tiempos remotos, de la que partieron las plantas que colonizaron nuestras islas.
El Museo de Ciencias Naturales en Marruecos
Mediados los años 80 del pasado siglo XX, los estudios biogeográficos de los archipiélagos macaronésicos habían alcanzado una cierta veteranía. No en vano, 20 intensos años de expediciones y profundos estudios habían aportado datos de enorme interés. Aún quedaba por visitar una amplia zona del sudoeste marroquí, a la que ya se empezaba a denominar “Enclave Macaronésico Continental” por las grandes afinidades florísticas que compartía con las Islas Canarias.
En Abril 1985, el Museo de Ciencias Naturales de Tenerife, tras un intenso acopio de información sobre la zona, realiza la primera expedición a la costa continental africana, expedición “Magreb 85”. A partir de esa fecha y animados por los resultados obtenidos, se planifican frecuentes expediciones a zonas comprendidas entre Essaouira como límite más septentrional y las estribaciones de la desembocadura del río Draa.
Enclave macaronésico continental
Los límites de este territorio con afinidades insulares podrían justificarse en base a la distribución de las especies vegetales que compartimos o que están proximamente emparentadas. Esto nos hace dibujar un territorio que se extiende desde la ciudad de Safi, al norte, hasta casí la frontera con Mauritania al sur, siguiendo un ambiente esencialmente influenciado por el océano Atlántico. Entre Tamri y la desembocadura del Noum, cerca de Sidi Ifni, los límites se retraen hacia el interior, pero sin dejar ese influjo oceánico que le confiere el detalle de insularidad macaronésica.
Geográficamente es un territorio complejo que queda delimitado al norte por las estribaciones occidentales del Alto Atlas y del Antiatlas, en el que la geología destaca por su gran diversidad de rocas: granitos, esquistos, calizas y areniscas. Hacia el sur, sin embargo, se extiende sobre una enorme llanura surcada por ríos, secos durante la mayor parte del año, que terminan en una larga costa de playas arenosas.
El cardonal-tabaibal
En las zonas más cercanas a la costa toma el protagonismo la asociación de tabaibal-cardonal, dominada por Euphorbia officinarum ssp. echinus (dagmús para los arabes). Este pequeño cardón guarda una extraordinaria similitud morfológica con nuestro cardón de Jandía (Euphorbia handiensis). La tabaiba amarga (Euphorbia regis-jubae), el espino (Lycium intricatum) y los berodes afilos (Kleinia ssp), acompañan al dagmús en este paisaje vegetal tan característico también de nuestro pido basal.
Los dragos del Anti Atlas
De muy reciente descubrimiento (1997), los dragos del Anti Atlas (Dracaena draco var. ajgal) pueblan las gargantas cuarcíticas del Assif Amaghouz, entre los 400 y los 1400 metros de altitud. Inviernos atemperados y ambientes semiáridos han amparado una importante población de dragos que podría superar varios millares de ejemplares.
El bosque de Argán
Argania spinosa, oleácea endémica del sudoeste marroquí se distribuye prolíficamente a lo largo de la llanura del Sous, desde Safi, al norte, hasta Ifni y en las laderas occidentales del Alto y Anti Atlas.
Los bosques litorales de argán se asocian frecuentemente con comunidades de euforbiáceas compuestas fundamentalmente por tabaibas (Euphorbia regis-jubae y Euphorbia officinalis) y cardones (Euphorbia echinus). Localmente, las comunidades litorales de argán sufren una fuerte presión ganadera que alteran notablemente su porte e impiden una regeneración natural.
Los bosques de interior fomentan asociaciones más diversificadas. Entre la decena de especies que conviven con la Argania destaca otro endemismo marroquí, el acebuche (Olea maroccana). Las poblaciones más llamativas de arganes, con alto índice de regeneración natural son las que conviven con los dragos del Anti Atlas.
La región Souss Massa Draa controla el monopolio mundial de aceite de argán, producto muy valorado por sus virtudes alimentarias y cosméticas, que se extrae del hueso de su fruto.
En 1998, la Unesco declaró Reserva de la Biosfera a las 2.568.780 hectáreas en las que crece el argán.